jueves, 8 de octubre de 2015

Gatomidi vuelve a la arena de Valencia


El trío valenciano-machego presenta su nuevo EP The Flowers’ Cavern Part I, un evolución nítida de su camino post punk con brillantes demostraciones de su asentado estilo. Y todo envuelto en la lisérgia visual de una portada que incluye unos envolventes efectos ópticos.  Ahora regresan a Valencia, será el 15 de octubre en la sala 16 Toneladas.



La tarde empieza con cervezas aderezadas con unas bravas de batalla y cacahuetes en abundancia, que sirven de refrigerio antes de afrontar la velada que nos espera. El plan es visitar El Loco, una de las salas de referencia en Valencia, convertida en uno de los últimos reductos donde poder recibir buenos directos de las bandas más variopintas.
Acudimos a la segunda edición del Siberia Fest,  un pequeño encuentro (llamarlo festival resulta excesivo) donde se reúnen Gatomidi, Doctor Lobo y Dezervers. El bar de al lado se ha convertido en un improvisado backstage de ambiente familiar, donde músicos y público apuran cañas y cigarros mientras comparten comentarios y risas antes de empezar. 
He convencido a dos grandes amigos, Vicente y Quique, y expertos gourmets musicales para que me acompañen en mi incursión de viernes. Sus gustos y exigencias en cuestiones melómanas son mayores que sus demandas gastronómicas por ello su opinión, siempre crítica y certera, pienso que reafirmaran mis convicciones sobre uno de los grupos que venimos a ver.

La armonía de la distorsión
Gatomidi lanza de manera inmediata todo su furor sonoro a partir de una única guitarra, que despliega un sonido envolvente donde parece que haya muchos músicos más en activo. Todo sale de la customizada Fender de Nolasco Contreras, con dos pastillas tamaño XXL incorporadas para hacer estallar un noise propio y nítido donde la armonía del sonido potentemente distorsionado sorprende. De la mente de Jimena Quejigo salen el alma y las letras del  grupo, además de percutir el bajo, teclados y entonar con su voz varias de las canciones de la banda, la pareja forman la esencia de Gatomidi junto a Julián Dolado como efectivo batería. De ellos emanan efluvios originados en los caudales de Joy Division o Sonic Youth, en un atmosfera afterpunk aderezada de brit pop, sin olvidar a Paul Weller, que está entre los mitos declarados del trío.



Entre muñecas rusas
Estrofas de pérdidas etéreas y lugares trascendentes, soledades y ausencias acompañan la explosión sónica de  ‘Enclosed spaces’, su segundo trabajo que arranca contundente con ‘White Clouds’ como primera propuesta. Poco a poco van desgranando todo un repertorio de muñecas rusas que encajan en un universo cuidadamente anárquico, con un audio vigilado al detalle.

En el envite no faltan temas de su primer trabajo ‘Facing Destiny’ entre ellos su hit del mismo nombre. La comunión entre entregados oyentes culmina con la firma de una versión de las de verdad del  ‘I’m waiting for the man, porque Gatomidi no se limita el a reproducir el himno compuesto por Lou Reed sobre el gremio de los ‘camellos’ y sus dependientes, Jimena, Nolasco y Julián reelaboran con encendido respeto la propuesta del cerebro de la Velvet convirtiéndola en otra joya más de su cosecha. Una brillante y culminante elección para concluir el concierto, que como no podía ser de otra manera ha entusiasmado también a mis amigos. Así es un directo de Gatomidi y ahora pensamos repetir.

Regreso en EP de 3D
El 15 de octubre podréis vivir experiencias como la relatada en un nuevo concierto de Gatomidi. Será en la sala 16 Toneladas de Valencia y se presentan con un avance de su nuevo material The Flowers’ Cavern Part I. Tres nuevas canciones (The Fortunate Ones,  Love is Overrated, Space) con tres esencias que enriquecen aún más, si cabe, la evolución de la banda dentro de su fascinante revolución noise.




Además la portada viene con sorpresa. Para poder disfrutarla en su totalidad la edición física de EP constará de unas gafas 3D. Pero no solo para obtener una visión en tres dimensiones si no que el intercambio de los canales azul y rojo, que conforman las gafas, crea un efecto óptico dual de efectos inquietantes. Habrá que verlo. 

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